Cuando una imagen cambia la forma de ver

Por Dr. Luis Nieto Silva

Imágenes vistas desde diferentes monitores en el consultorio.

Una sana costumbre de documentar con imágenes

En oftalmología, como en la vida, muchas veces una imagen puede decir lo que las palabras no alcanzan.

Desde hace años, he incorporado la fotografía clínica como parte esencial de mi consulta. No como un recurso técnico más, sino como una herramienta poderosa de comprensión, educación y concientización.

Hoy, mi archivo supera las 20.000 imágenes reales de ojos humanos. Algunas de ellas publicadas en trabajos científicos y en libros de la especialidad. Fotografías de córneas dañadas, pupilas dilatadas, inflamaciones ocultas, pequeñas cicatrices invisibles a simple vista… Cada una de estas imágenes ha servido —y sigue sirviendo— para mostrar lo invisible, para ayudar a que los pacientes puedan ver lo que sienten y, sobre todo, para entender mejor qué les ocurre.

¿Por qué es tan importante ver?

La mayoría de las personas llega a la consulta oftalmológica con una sensación: molestias, visión borrosa, sequedad, ardor o simplemente el temor de estar perdiendo claridad. Pero muchas veces, al no poder “ver” lo que está pasando, esa sensación se vuelve difusa, angustiante o difícil de asumir.

Cuando mostramos una imagen ampliada del ojo afectado, todo cambia. El paciente ve con sus propios ojos la causa de sus síntomas. Esa imagen —real, precisa, respetuosa— transforma la incertidumbre en entendimiento. Ya no se trata de un diagnóstico distante, sino de algo visible, propio, y por lo tanto, abordable. Y como la tecnología ayuda cada vez más, ahora hasta es posible mostrar videos en lugar de imágenes. 

Una imagen que guía el tratamiento

La imagen también es una aliada terapéutica. En cada control, podemos comparar cómo evolucionó una patología. El paciente puede ver el “antes y después“, observar cómo cicatriza su córnea, cómo mejora su superficie ocular, o cómo una membrana amniótica regeneró lo que parecía perdido. Esta claridad fortalece el vínculo médico-paciente y motiva a seguir cuidando su salud visual.

Tecnología con propósito

No se trata solo de tener tecnología, sino de usar la tecnología con empatía. En mi práctica, el uso de cámaras especializadas, iluminación precisa y software de captura me permite registrar imágenes y videos de altísima calidad. Pero lo más importante es para qué las usamos: para que cada persona pueda verse, conocerse y comprender su propio diagnóstico.

Ver es entender. Y entender es cuidarse.

En un mundo saturado de palabras, las imágenes nos devuelven el foco.

Por eso, en cada consulta que lo permite, invito a mis pacientes a mirar su propio ojo. A observar lo que vemos los especialistas. Y a descubrir, juntos, el camino hacia el bienestar visual.

Porque ver la vida, también es eso:

entender lo que nos pasa, para poder cuidarnos mejor.

 

Dr. Luis Nieto Silva

Especialista en Oftalmología

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