👁️ La maduración de la mirada: el primer lazo entre una madre y su bebé

Desde los primeros días de vida, la mirada de un bebé es mucho más que un reflejo biológico: es su primera forma de comunicarse con el mundo.

Y entre todas las miradas posibles, hay una que marca el comienzo de todo: la mirada hacia su madre.

🌱 El nacimiento de la visión

Al nacer, la visión del bebé es todavía inmadura. Durante las primeras semanas solo percibe luces, sombras y figuras muy contrastadas. Pero algo extraordinario sucede: su atención se dirige casi instintivamente hacia los rostros, y especialmente hacia los ojos.

A los pocos meses, su cerebro comienza a integrar esas imágenes, a reconocer gestos, movimientos, y finalmente… el rostro de mamá.

Ese intercambio silencioso de miradas es el primer diálogo entre ambos. No hay palabras, pero hay emoción, seguridad y amor. La mirada del bebé se convierte en su forma de decir: “te reconozco, te necesito, confío en vos”.

💞 Una conexión que estimula el desarrollo

Las investigaciones muestran que este contacto visual temprano favorece el desarrollo visual, cognitivo y emocional. La sonrisa de una madre, su expresión, su cercanía, activan conexiones neuronales que fortalecen la maduración de la visión y del vínculo afectivo.

Ver a su madre es, para el bebé, ver el mundo por primera vez.

Y cada mirada compartida se convierte en una lección silenciosa sobre cómo relacionarse, cómo confiar, cómo amar.

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En nuestro centro, acompañamos cada etapa de la visión, desde los primeros días de vida hasta las miradas que nunca dejan de crecer.

Ver la vida — como la primera vez.

 

Dr. Luis Nieto Silva

Especialista en Oftalmología

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