De la miopía extrema a una nueva visión: la historia de Silvia

El testimonio de Silvia, una paciente con miopía alta y cataratas. Una historia de limitaciones y dependencia a anteojos y lentes de contacto que pudo tener una solución asombrosa gracias a una cirugía de cataratas.

Un problema de toda la vida

Desde los 6 años, Silvia supo que su vista no era como la de los demás niños. Ella dependía de anteojos gruesos para ver con claridad. A los 18 años, en busca de mayor comodidad, comenzó a usar lentes de contacto, convirtiéndolos en parte de su rutina diaria. Pero la realidad era innegable: sin ellos, su mundo se desvanecía en un mar de sombras y formas borrosas.

 

“Siempre dependí de anteojos o lentes de contacto para ver con claridad”, me confesó en nuestra primera consulta.

 

Con el paso de los años, su miopía extrema siguió siendo una constante en su vida. Pero un día, algo cambió.

Cuando las cataratas se suman al problema

Al principio, creyó que sus lentes de contacto estaban fallando. Luego, pensó que tal vez necesitaba una nueva receta de anteojos. Pero la visión borrosa persistía, incluso con la mejor corrección óptica. Los reflejos nocturnos, el encandilamiento y la dificultad para leer empezaron a hacerle la vida más difícil.

 

Fue entonces, ya a los 64 años, cuando llegó a mi consultorio con una mezcla de preocupación y esperanza, recomendada por un matrimonio de amigos de su familia. Después de un examen detallado, el diagnóstico fue claro: además de su miopía alta, las cataratas estaban comenzando a nublar su visión.

 

“Siempre tuve temor de quedar ciega al operarme” comentó, con una mezcla de miedo y resignación.

 

Le expliqué que, lejos de ser el fin, era una oportunidad. La cirugía de cataratas no sólo eliminaría la opacidad de su cristalino, sino que además nos permitiría corregir su miopía de forma definitiva mediante lentes intraoculares personalizados.

 

Su mirada cambió. Pasó del miedo a la ilusión.

 

La cirugía: un antes y un después

 

El día de la operación llegó con nervios, pero también con mucha expectativa. Le realicé una cirugía de cataratas con implante de lentes intraoculares premium, diseñados para corregir su alta miopía y brindarle una visión mucho más nítida sin necesidad de anteojos de gran aumento.

 

Al día siguiente, el cambio fue notorio, su reacción fue inolvidable.

 

A la semana le operé el segundo ojo. Tuvo una recuperación muy rápida al estar ya viendo con ambos ojos sin cataratas.

 

Con cada día que pasaba, su asombro crecía. Podía leer los carteles en la calle, despertarse por la mañana y reconocer los rostros sin buscar sus anteojos. Su mundo, antes limitado por la dependencia óptica, se había expandido de una manera que jamás imaginó.

 

Un mensaje para quienes aún dudan

 

Hoy, Silvia disfruta de su vida con una nueva perspectiva, libre de la carga de los lentes de contacto y los gruesos anteojos que la acompañaron por décadas.

 

“Si alguien me hubiera dicho que esto era posible, no lo hubiera creído. Me acostumbré a depender de los lentes toda mi vida, y hoy siento que veo como nunca antes.”

 

Para quienes tienen miopía alta y comienzan a notar los efectos de las cataratas, su historia es un testimonio de lo que la oftalmología moderna puede lograr.

 

Si alguna vez pensaste que tu única opción era seguir con lentes de por vida, tal vez sea el momento de descubrir una alternativa que puede cambiarlo todo.

 

Atte. 

Dr. Luis Nieto Silva

Especialista en Cirugía Facorefractiva

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